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Salida cercana para llegar pronto a la celebración de un importante cumpleaños.
Zona de Aralar, desde Madotz con un cielo nublado, con niebla en parte del recorrido, txirimiri, frío y turruncales. Nada que ver con el miércoles anterior en una zona cercana. ¿Por qué habría sido?
Pero sólo uno llevó, sin avisar, polainas para el barro, que abundó mucho, mucho, sobre todo al principio de la excursión.
Era difícil mantener el equilibrio, fácil resbalar, caerse y llenarse de barro las botas y los bajos de los pantalones.
Típico paisaje de Aralar, bosque, llenos de hayas, humedad, abundante musgo formando unas tupidas alfombras sobre los árboles y las rocas. Paisaje que invitaba al misterio, alguno sugirió que aparecería el Basajaun.
El track no ayudaba mucho, y los caminos tampoco. Tuvimos que corregir varias veces la dirección, desandando el camino andado para tomar otro.
Algunos acabamos no sabiendo dónde estábamos y a dónde ibamos.
El objetivo lo conseguimos, aunque recortamos la excursión, y volvimos temprano a casa, pasando antes por Irurzun para dar cuenta de las cañas y croquetas.
Datos:
Distancia: 9,2 km.
Desnivel: 537 m.
Tiempo total: 3 h 49'
Tiempo parados: 54'
Desde Madotz: 736 m.
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| Anuncio de lluvia |
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| Cima con buzón rústico de piedra y tronco entre dos jubilados |
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| Este buzón necesitaba una mano de pintura, pero tiene una de Lodosa |
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| La niebla nos seguía acompañando |
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| El verde esplendoroso |
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| Niebla, musgo y humedad |
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| ¿Balanceo o barro? |
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| Por ahí andaba Basajaun |
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| Estos aunque parecen Basajaun, no lo son |
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| Si miras para arriba, tanto árbol no deja ver el cielo |
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| Si miras para abajo las flores son un espectáculo |
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