Segunda excursión de la estancia de dos días en Panticosa.
Decidida en la piscina termal del balneario con la visión nocturna del perfil montañero que disfrutamos, había otra opción de excursión que dejamos para otra ocasión.
La salida desde el mismo balneario, aunque la perspectiva no era muy buena, las cumbres aparecían todas cubiertas de nubes.
Empezamos sobre las 9 h. y nos esperaban 8 horas de marcha.
Desde el primer paso todo era cuesta arriba, la distancia hasta la cima eran unos 5,5 km. y sin embargo el desnivel eran 1.400 m. Se podría decir que el desnivel medio era de un 25%. Aunque la última media hora estaba muy por encima de esa cifra.
El camino estaba muy marcado, pero el problema era que había muchos caminos. Guiándonos con GPS fuimos ascendiendo, al principio con pendientes cómodas.
En el camino nos encontramos con una pareja en un collado que habían decidido quedarse ahí, por la perspectiva del mal tiempo.
Pero a la vista que los jubiletas seguimos, ellos también decidieron continuar.
Conforme ascendíamos, por la Mallata Alta, el tiempo iba mejorando y despejando.
En el último tercio de la subida nos cruzamos con un vizcaíno que bajaba y no había podido disfrutar de las vistas por culpa de la niebla. Eso le pasó por madrugar tanto.
La subida fue una clase intensiva de geografía montañera, el profe nos señalaba y nombraba todos los montes que nos rodeaban por esa cara, Bacías, Tablato, Argualas, Vignemale etc. Los Brazatos.
La pareja de jóvenes siguió adelante hasta llegar a la cima, donde nos sirvieron de fotógrafos.
Nosotros subimos la empinada parte final, parando de vez en cuando para poder coger aire y seguir. El terreno no acompañaba mucho, porque es piedra suelta y hay que esforzarse para no resbalar. A base de zig-zag, fuimos superando el desnivel y llegamos a la cima para disfrutar de las vistas. Hay que reconocer que gracias al tiempo despejado que había, pudimos ver todos los montes que nos rodeaban, los Infiernos y su marmolera, Balaitus, Anayet, Pala de Ip, Collarada, Palas, Tebarray, Gran Facha, estos dos los habíamos visto el día anterior pero desde abajo, también se veían, Bacías, Vignemal, y los ibones de Brazato, a lo lejos, y justo debajo de nosotros, los de Pondiellos, y el ibon del circo de Argualas, que curiosamente aún tenía un poco de nieve.
En resumen era un mirador privilegiado, girando 360º veías todas las cimas.
Aprovechamos el buen tiempo, sin viento y con sol, para comer el menú del chef, y con las fuerzas recuperadas comenzamos el descenso, que al principio era muy pendiente y desde el collado de Argualas, se suavizaba, pero siempre descendente, muy apropiado para rodillas castigadas.
Fuimos parando de vez en cuando para beber agua, comer algún fruto seco y aprender lo maravillosas que pueden ser algunas mochilas cuando se leen las instrucciones.
Datos:
Distancia: 10,4 km
Desnivel: 1.422 m.
Tiempo total: 7 h 59'
Tiempo parados: 2 h 2'
Altitud en Panticosa: 1.643 m.
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Ganando altura |
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Se veía un poco nublado y sin beber vino |
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El nublado en aumento y las rocas también |
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Unos nublados y detrás los infiernos |
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Costaba avanzar |
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Llegábamos a la parte dura |
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Bonita vista de los Infiernos, la marmolera y los ibones de Pondiellos |
El día anterior preparando la aclimatación |
Cerca de la cima |
El almuerzo-comida en la cima |
Hay que mirar por dónde se baja mejor |
Un descanso bajando viene bien |
Sigamos el camino y al jefe |
Todos satisfechos |
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