Asistentes: Alfredo, Faico, Jesús, Joxe, Miguel, Pedro y Txutxo
Total (7).
Desde el aparcamiento del centro de interpretación del ferrocarril vasco-navarro en Antoñana, empezamos una excursión bien preparada y elegida por el jefe, que no pudo disfrutar.
Hoy tuvimos dos bajas en los habituales. Pero ya se han recuperado.
El camino estaba muy marcado. Al principio muy suave y llevadero atravesando el parque natural de Izki, por bosques de roble marojo, "Quercus pyrenaica". Siendo este parque una de las mayores extensiones de este roble en Europa.
Aquí había otras especies de flores que no conocíamos, pero hoy faltaba el floristólogo, y tuvimos que consultar a google. Vimos dos que nos parecieron curiosas y nos las identificó una como "Centaura de las montañas" y la otra como Aguileña, o Aquilegia. También había bastantes prímulas pero todavía estaban pequeñicas.
Conforme avanzamos fuimos ascendiendo por terreno más empinado, exigente. En el camino se encuentra un famoso y muy viejo Tejo/Agin, que da nombre a esta ruta, "Senda del Agin". Rodeamos la roca de Soila para llegar a la parte final, que estaba equipada con unas cuerdas fijas en la roca que facilitaba pasar por un estrecho camino colgante y salvar así la parte final, que nos llevó a la otra vertiente desde la que llegamos a la cima en poco tiempo. En hora y media desde Antoñana, hicimos cima.
Para almorzar descendimos en busca de una zona abrigada del fuerte y frío viento que hacía en las alturas. Nos paramos para ver el ojo de Soila, una abertura en la roca a la que algunos se animaron a bajar, unos bajaron más que otros, aprovechando para sacar unas curiosas fotos.
Encontramos un terreno abrigado y disfrutamos de lo que el chef llamó "delicatessen", una riquísima tortilla de patata, novedad en los menús, que todos aplaudimos, obteniendo la máxima puntuación y que los que no vinieron se perdieron el mejor almuerzo del año pandémico.
Después de almorzar seguimos el descenso por un camino muy marcado, llegamos a Korres. Desde aquí nos dirigimos por el barranco que forma el río Izki en dirección a Bujanda. En el camino paramos en la presa siguiendo luego por el borde del canal hasta empalmar con una pista que nos llevó hasta Bujanda.
Después de un tramo de carretera entramos en la vía verde del ferrocarril para llegar a los coches en Antoñana.
Una excursión muy bonita, esta vez con pocas hayas con un paisaje diferente, no muy exigente, y apenas apareció la reina de Saba.
El tiempo nos respetó sin llover hasta la comida en Lizarra/Estella, donde estábamos a cubierto. Esperamos que en pocas semanas podamos juntarnos todos y celebrar las dos dosis de la vacuna. Ya falta menos.
Datos:
Distancia: 14,5 km.
Desnivel: 534 m
Tiempo total: 4 h 31'
Tiempo parados: 42'
Desde Antoñana: 609 m.
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Los ojos de Soila, al de abajo se podía bajar
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El buzón parecía alguien mirando a lo lejos
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Ojo!!!!! para bajar al Ojo de Soila
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Ahora también con ojo para subir
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Había que inspeccionar todo el ojo
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En el barranco de Izki, alguno se pasó el desvío
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En la terraza de Lizarra, aquí no había desvío pero sí lluvia abundante
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El esfuerzo de la subida
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El tejo milenario
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Empiezan las cuerdas
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Siguen las cuerdas
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La cima conseguida
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El buzón de testigo
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El buzón viéndonos llegar
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Explorando el Ojo
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La vista de dentro a fuera
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Sin baño en la presa, había prisa y poco dinero en la apuesta
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El camino por el canal fue refrescante
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Desde abajo se ven las moles de roca
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Desde abajo en los agujeros de las moles de roca
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