Asistentes: Alfredo, Bixen, Jesús, Joxe, Miguel, Patxi, Pedro y Txutxo.
Total: (8)
Con la furgoneta al completo, hacía mucho que no la llenábamos, llegamos al aparcamiento de la laguna.
El día estaba soleado pero hacía viento y frío. Subimos al mirador del observatorio de aves. La última vez comimos turrón que llevo Joselu.
Teníamos catalejos para descubrir las aves, pero hoy no estaban por la laguna, sólo abundantes patos, y al final de la excursión vimos una pequeña bandada de grullas.
La laguna, tiene unas 255 Ha., es propiedad comunal del Ayuntamiento de Pitillas, excepto 34 Ha. (10 Ha. de laguna y 24 has. de terreno) que pertenecen a un particular de Santacara.
Recoge el agua de la lluvia procedente de la sierra de Ujué y de varios barrancos, el más importante el de el Pozo Pastor.
De la laguna se tienen noticias desde el S. XVII, que se añadió un dique para aumentar su capacidad y dedicarla para riego.
En documentos antiguos aparece como balsa de Sabasán, de propiedad regia y utilizada para cazar. Los reyes tenían guardas que denunciaban a los vecinos que llevaban el ganado para abrevar. Esto ocasionaba muchos incidentes y al final se llegó a un acuerdo, comprando los vecinos el derecho de utilizar el agua para su ganado.
En 1.968 el ayuntamiento decidió desecarla porque no era rentable el arrendamiento para la caza, y decidieron dedicarla a cultivo.
Pero ante la protesta de medios conservacionistas, incluido Félix Rodriguez de la Fuente, en 1.976 Amadeo Marco con informes de la Dirección de Montes llegó a un acuerdo de cesión durante 20 años con el ayuntamiento. El 11 de Febrero de 1.977 se declaraba refugio de caza en modalidad de Estación Biológica.
Desde aquí cogimos el camino para hacer el recorrido en el sentido contrario a las agujas del reloj. Al principio estaba bastante marcado y sin dificultades. El camino iba bordeando la laguna para luego dirigirse hacia la carretera, ahí tuvimos nuestro primer encuentro con el terreno inundado.
Después de un tramo corto de carretera cogimos una pista que ya no la soltamos en casi toda la excursión.
El día acompañaba para andar, con el único inconveniente del fuerte viento que soplaba. Casi todo el día tuvimos que llevar los gorros, guantes y forros bien puestos.
Esta vez para almorzar no buscábamos asientos, queríamos protegernos del viento. Encontramos un muro de pacas de paja y nos pusimos pegados a él para almorzar tranquilos.
Hoy tocaba un tentempié de fruta porque luego teníamos comida en Corella.
Seguimos la pista en dirección a la ermita de Santo Domingo, que se levanta sobre un cerro que hace 2.200 años fue un castro de la Edad de Hierro. Solamente quedan restos de la muralla que lo defendía y la base de una antigua torre medieval de planta cuadrada.
En excavaciones aparecieron molinos de mano y una vasija completa.
El cerro también estuvo ocupado en época romana, se encontró un miliario, una columna cilíndrica que pertenecería a la vía que unía Carcastillo, Santacara y Pitillas, y se dirigiera a Olite, Tafalla y Pamplona.
Decidimos no seguir todo el track y alcorzar un poco para llegar puntuales a comer.
Craso error, el alcorce fue una trampa. Nos metimos de lleno en terreno encharcado escondido debajo de hierbas altas. Al principio tratamos de avanzar pisando donde la hierba estaba más apretada y así no llegar al agua, pero los grupos de hierba fueron desapareciendo y había que buscar algo que sobresaliera del agua para no hundirnos hasta el tobillo. Estuvimos como un cuarto de hora peleándonos con las hierbas y el agua hasta que logramos salir del entuerto con las botas mojadas hasta el tobillo y algunos pies también.
Pasado este mal trago volvimos a coger la pista hasta llegar a la ermita. Asamblea para decidir si subíamos o no, estábamos justos de tiempo. Al final subimos y desde aquí vuelta con prisa para llegar a Corella y degustar el aperitivo cantábrico preparado por Valentín.
Muy rico como siempre. Allí nos juntamos con los urbanitas.
Después de los saludos a los que hacía tiempo que no veíamos, nos sentamos en la mesa para disfrutar, como siempre, con la rica garbanzada preparada por el chef corellano.
Pudimos comer hasta hartar y más. Menú de garbanzos con los siete sacramentos, tocino, chorizo, cordero, jamón, berza, sopa y fideos.
Vino, postre, café y mus. Copas pocas, nos vamos haciendo mayores.
Esta vez faltaron algunos que nunca fallan. Se reservaron para el año que viene.
Esta fue otra que echamos a la butxaka. Y que sigamos así.
Datos:
Distancia: 15,4 km.
Desnivel: 98 m.
Tiempo total: 3 h 58'
Tiempo parados: 36'
Desde el parking de la Laguna a 385 m.
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Empezamos la mañana fresca |
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Rúculas |
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Tratando de no pisar en agua |
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Santo Domingo de Basabán |
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La cima de hoy |
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La comida de hoy |
Formales por el camino |
Entre el agua y el barro |
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El mirador |
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El comedor |
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No se distinguen bien, pero esos puntos negros son patos y patas |
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